El pH vulvo-vaginal varía a lo largo de las distintas etapas de la mujer, así como en situaciones de cambios hormonales.
Entre la infancia y la pubertad se sitúa alrededor de 7.0 –habitualmente, entre 6.8 y 7.2, es decir, pH neutro–, mientras que desde la pubertad hasta el climaterio oscila entre 4.0 y 5.0, pH más ácido para prevenir procesos irritativos.