Cuero cabelludo atópico

El cuero cabelludo, al igual que el resto de la piel, se puede ver afectado por la dermatitis atópica. En este caso, la afección puede resultar incluso más conflictiva que en la piel de otras zonas del cuerpo, ya que cuenta con mayor concentración de terminaciones nerviosas (hasta 600/cm2), pudiendo exacerbar la sensibilidad y reacciones de las personas que lo padecen.

Además, hay un problema asociado al cuero cabelludo atópico: la sequedad. En el caso del cuero cabelludo, la condición atópica de la piel suele ir acompañada de una tendencia a la sequedad. Esto provoca un adelgazamiento de las capas que forman la piel disminuyendo la resistencia a la penetración de agentes exógenos, lo que se traduce en una disminución de la protección frente a las irritaciones y agresiones externas.

Consejos para su cuidado

Los síntomas son los mismos que en la piel del cuerpo: prurito, piel seca, inflamación y enrojecimiento. Hay que especificar que, a diferencia de lo que si puede suceder durante la primera infancia, en adultos no se suele observar eritema ni erupción en el cuero cabelludo. El picor y/o escozor pueden resultar insoportables comparados con los producidos por eczema corporal, debido a la mayor sensibilidad de la zona.

Para la higiene y cuidado del cuero cabelludo atópico es muy importante utilizar un champú que no altere el pH fisiológico, que sea especialmente suave y que no reseque.

Un champú inadecuado puede empeorar la condición atópica de la piel o desencadenar un brote.

La formulación de un champú adecuado para un cuero cabelludo atópico debe buscar, entre otros objetivos: disminuir la descamación, aliviar el prurito, suavizar la piel y, en la medida de lo posible, actuar como agente emoliente e hidratante.

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